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No lo Mates

 

La obra

Tras el fin del mundo, los dos últimos supervivientes merodean por la tierra con un único propósito: sobrevivir. Dos personajes que, en el arduo camino de la supervivencia, se cuestionarán y replantearán las íntimas nociones de vida y muerte, moral e individuo. Sus posturas, tanto ante el hecho mismo de la muerte como ante el derecho a matar, se verán modificadas ante la necesidad extrema de sobrevivir en un mundo post-apocalíptico: “Mata”, dice uno de los personajes, “no lo hagas” dice e otro.

Este enfrentamiento vertebrador de la obra tiene dos actitudes como agentes: en primer lugar, la conciencia de la pureza de mis acciones en relación con sus consecuencias; en segundo lugar, el valor de la vida, sea cual sea, por encima de nuestros actos y sus consecuencias.

Cómo ambas posturas se enfrenten, evolucionen o se diluyan, dependerá de la nueva vida tras el fin del mundo.

No lo mates es un estudio poético, tendente a lo absurdo, acerca de la desesperación de sobrevivir y matar. La obra, desde lo absurdo y lo cómico, nos invita a revisar la consistencia de nuestros valores y a reemplazar nuestro punto de vista individual: plantea preguntas acerca del carácter individual o colectivo de los valores y del juicio de esos valores.

¿Puedo estar solo y que mis principios morales y éticos persistan sin testigos?

Según el escritor y traductor Joe Broderick No lo mates recuerda a los personajes y ambientes de Harold Pinter.

 

Puesta en escena

El montaje escénico de esta obra se caracteriza por la sencillez de una delicada arquitectura. Una escenografía justa y precisa que nos traslada a un mundo que se transforma constantemente.Los dos personajes de esta obra son opuestos; el personaje A es de aire, se desplaza siempre por encima de los objetos y de los muebles; mientras que el personaje B está en contacto constante con la tierra. Esta situación de ambos nos permite analizar lo que sucede en esta obra.La compañía Dragones en el andamio dedica especial atención a la fusión de la danza y el teatro, y de la mano de Marisol Rozo logra una justa armonía escénica para el buen funcionamiento de la obra. EscenografíaEl movimiento de los objetos en el espacio y los objetos como tal son para esta obra un personaje más en la historia. Los objetos juegan a representar el mundo en constante transformación. La escenografía nos habla del carácter mismo de cada personaje y de cómo se relacionan con dicho mundo. Nos invita a pensar en la transformación como tal de nuestro entorno, del mundo de cada uno de nosotros. Nos habla del contenido de los actos físicos y de la relación de los seres humanos, con el espacio, con el otro y con lo material. MúsicaCabe destacar que la música es un personaje más de esta trama, y que está escogida con cuidado para que ayude a conducir y a enriquecer la historia. Contamos con la colaboración del compositor Sergio de la puente (banda sonora El lince perdido, producción de Antonio Banderas y nominada a los Oscar 2010) y el reconocido violinista Ara Malikian quien visitó Broadway en el año 2010 con su obra Pagagnini y coproduce con la compañía Dragones en el andamio desde el 2004.

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